Relaciones conflictivas entre padres divorciados y la adaptación de los chicos a sus nuevas parejas

Laura tiene 36 años y una hija de 4. Está separada desde hace 6 meses de su ex esposo, por causa de una infidelidad. En la actualidad, el ex está viviendo con la mujer que sostuvo una relación paralela mientras ellos todavía estaban juntos.
Laura no puede dejar de realizar actos irracionales como gritos, insultos y discusiones, cada vez que el ex esposo va a buscar a la niña. Dicho estado de ira es producto de sus pensamientos: ella no tolera que su hija tenga que compartir con la mujer que “destruyó su familia”. Esta situación es más común de lo que se cree.
Cuando los ex vuelven a tener pareja, comienza una nueva historia para todos los integrantes de la familia, ya que ahora los hijos -sobre todo si son pequeños- tienen que compartir con el padre y con su nueva pareja y lo mismo sucede con la mamá, en el caso de que ella inicie una nueva historia.
Muchas veces la gente piensa que debe de existir una relación tensa y conflictiva con la nueva pareja, sobre todo cuando va a compartir tiempo y actividades con los pequeños. No es así.
En la realidad, vemos que se trata de una creencia falsa e irracional, ya que al pensar solo en la pareja del ex, nos olvidamos de lo más importante que es la adaptación saludable de los chicos a la nueva etapa.
Esto significa tratar con naturalidad y respeto a la otra persona, quien es la que va a compartir en nuestra ausencia, tiempo con nuestros hijos.
Por lo tanto, deben dejarse de lado el rencor y los reproches que muchas veces quedan después de una separación, para poder tener una adaptación saludable a la nueva etapa, pensando también en la felicidad de los más pequeños.
Cuando esto no se puede lograr por medios propios es necesario pedir ayuda psicológica, no solo para poder elaborar la separación, sino también para evitar ubicar a los hijos en el medio de una “batalla” que ellos no pidieron estar, y que los va a afectar emocionalmente.
¿Podemos compartir?
Dora (38 años) está separada y tiene un hijo de 6 años. No puede tolerar que el ex esposo tenga pareja de manera formal y que el hijo comparta tiempo con los dos. Esto lleva a fuertes discusiones con el ex: ella (adrede) le da la ropa más vieja cuando el hijo se va con él y guarda la ropa nueva. Es su manera de procesar el rencor.
Lo que los padres deben mantener con sus hijos son reglas claras de juego. Lo que les sirve a los pequeños es poder establecer un orden interno, como por ejemplo, saber que más allá de que los padres tengan pareja, el padre y la madre siempre van a ser los mismos.
Cuando aparece un tercero, surge el temor como padre de “compartir” el amor de sus hijos con la otra persona. Este temor tiene que ver con inseguridades de los padres, producto de la situación nueva, lo cual genera un estado de ansiedad y angustia por temor a la pérdida de los hijos. Se trata de estados emocionales propios de la persona pero no significa que eso suceda en los hechos de la realidad.
Si la relación con el ex es buena, no tiene por qué cambiar. Por lo tanto, debería de continuar como se venía desarrollando, teniendo en cuenta que lo más importante es la salud mental y la calidad de vida de los hijos.