Cuando se acaba el amor...

El aguacero recibido con la noticia de la separación mueve el piso. Cuando te dicen, me quiero separar, es como si la vida se detuviera y se perdiera de golpe el sentido de las cosas. Pero también puede ser un gran alivio, cuando nuestro matrimonio se había vuelto un mundo de gritos, peleas y regaños. En el tiempo estará la respuesta.
Sea como sea, separase es un quiebre del proyecto de pareja, ese proyecto que alguna vez pensamos que era para siempre. Es una pérdida, un duelo. ¿Cómo se rearma la vida?
Primero viviendo el duelo. Sintiendo la pena, la rabia y abriéndose al proceso de auto evaluación, reflexión, donde se analizarán las fallas personales y los errores dentro de la relación.
Analizar las fallas personales implica exactamente eso, analizar las mías no las de la pareja. La única constante en la vida es el cambio, y si yo no cambio vuelvo a lo mismo, o ¿no conocen a nadie que después de una relación conflictiva, terminan en otra relación conflictiva?
La meta será la aceptación de lo ocurrido. El duelo parece más corto para quien toma la decisión, no porque ame menos, sino porque ya tuvo tiempo suficiente para evaluar los pros y contras de separarse. Mientras que quien recibe la noticia, tiene que empezar a procesarla a partir de ese momento.
La potencia del quiebre será distinto para mujeres y hombres, con hijos y sin ellos. Hay mujeres que viven relaciones de dependencia súper fuertes, por ejemplo, las que se casaron muy jóvenes y ahora tienen más de 45 años. Nunca han tenido otra pareja ni otra forma de vida, que ser la esposa de, la mamá de y los hijos ya están grandes. Entonces se acaba la relación y quedan como sin nada y son las que sufren muchas veces depresión, por la pérdida, por no encontrar trabajo, por no encontrar al momento de la separación, sentido a la vida.
En cambio, las que no tuvieron hijos, se atreverán más a volver a empezar ya que no habrían construido su identidad a través de la pareja, aunque no por eso serán menos dependientes en sus afectos.
Y después están quienes tienen hijos chicos, que después de separarse del padre de sus hijos, que tanto las hizo sufrir, encuentran al "Príncipe Azul", que se convierte en "Pitufo" con la convivencia, las responsabilidades compartidas y la crianza de hijos que no son propios.
También están aquellas, que después de un fracaso matrimonial, y mucho andar solos y solas, por fin se encuentran con él/ella y forman una pareja estable, con los tuyos, los míos y los nuestros. ¿El secreto? Ser solidario en la relación, tus hijos son tus hijos, los míos los míos, pero nuestro proyecto de vida en común nos obliga a ser solidarios. A consensuar reglas de vida en común, confiar en ellas, y cumplirlas. No puede haber reglas para mis hijos y otras distintas para los tuyos, y por sobre todas las cosas, tanto los tuyos como los míos tiene otros padres/madres, que no deben ser un problema en nuestra relación actual, aunque ellos quieran ser un problema, si lo son es porque nosotros los dejamos que sean.
Volviendo a la separación, el problema parecería ser que cuando arman pareja está muy instalada la idea de la dependencia afectiva y muchas mujeres hipotecan sus proyectos personales de vida perdiendo totalmente su autonomía, entonces cuando se separan, quedan sin piso y con rabia por la postergación que hicieron de su propia vida.
Por eso insisto en lo importante que es vivir el duelo sin saltarse etapas. Llóratelo todo porque es la única manera de recuperar energías y esperanzas para el nuevo escenario que te presenta la vida. Luego estarás lista para recuperar tus redes sociales y sentirte capaz de caminar por la vida. Puedes encontrar un trabajo, rearmar tu vida afectiva, mantener a tus hijos, volver a encontrarte con tu valía personal, tus sueños, tus gozos.
En otras palabras, renacer como el Ave Fénix y abrirse hacia un abanico de posibilidades sociales, laborales, afectivas y sobre todo, personales.
No seguir pegado al pasado. Una de las principales tareas tras la separación será aceptarla. Eso se acabó, fin de la relación y no seguir discutiendo con la ex pareja ni menos inmiscuir a los hijos en esas peleas.
Cortar con la violencia, los roces e incomodidades que llevaron al quiebre. Al darte cuenta de tu rabia y traspasarla, puedes lograr una separación más o menos civilizada por los hijos, por el cariño y porque vivieron tanto tiempo juntos.
Aunque todo dependerá de la relación que tuvieron antes. Cuando la pareja fue controladora durante la relación, querrá ser controladora en la separación. Antes te mandaba 100 sms por día para decirte "te amo, te extraño, etc", hoy serán 100 para decirte "te odio, me arruinaste, etc". Sugerencia... cambiá el teléfono. La pregunta que sigue es, ¿por qué yo tengo que cambiar el teléfono? Te contesto con una pregunta ¿Queres tener razón o vivir tranquila?
Volver a armar la vida no será tarea fácil, requerirá sobre todo de voluntad y conexión con uno mismo.
En algunos casos el rearme se dará en forma muy independiente, desarrollando espacios individuales en el trabajo, la familia y cultivando intereses propios, y otros, serán más dependientes, es decir, necesitarán de otra pareja para poder reconstituirse.
La separación en los hombres es muy distinta y claro que depende mucho de las edades. Muchos de los que tienen hijos, comenzaran a ser padres full-time. Se harán cargo de las tareas, baños, cuidado personal de sus hijos por primera vez. Otros, que ya lo hacían les será más fácil adaptarse a la transición. También están aquellos que vuelven a "lo de mamá" y mamá, hoy abuela, se hará cargo de los nietos. No lo recomiendo. Los abuelos no son los padres, ceder ese lugar generalmente tiene un costo muy alto.
En un principio indefectiblemente volverán a la sensación de soltería. "Hay que lindo que es ser solteros" cantaran a los gritos con "El Dipy" en algún boliche de moda, que indefectiblemente encontraron en internet, porque no tienen ni idea a donde ir, ahora que vuelven a las pistas.
Indefectiblemente pasada la euforia, volverán al duelo, al dolor de la cama vacía y de la toalla tirada en el piso en mismo lugar que esta hace una semana. Alguien me dijo, "quien invente el celular con control de alcoholemia se hará millonario". Y si es muy posible recaer en la llamada a la ex que no se debe hacer, porque es volver 10 casilleros para atrás.
Otros se concentran en el trabajo y si no lo logran, porque la separación los invade, quedarán sobrepasados y colapsarán en su organización personal. Es normal, nada de que afligirse, siempre y cuando el jefe esté al tanto de que son días difíciles.
Con optimismo, una parte importante de los separados volverá a reconstruir su vida, desde un proyecto familiar de a dos, con la idea que ojalá en esta oportunidad sea para siempre.